Ya está a punto de salir el nuevo disco de Espliego coproducido por Ágora XXI. Os adelantamos el prólogo
LA ROSA DEL PECADO
Entre los siglos XII y
XIII, cuando las canciones de los trovadores pasan de canto de
ruiseñor a canto de cisne, florece al abrigo de las primeras
universidades europeas, la Rosa del Pecado o, lo que es lo mismo, la
poesía de los goliardos, clérigos y estudiantes errantes que, entre
otras aficiones, escribían canciones. El vino, la taberna, la mujer,
el amor en todas sus manifestaciones, la crítica a la Iglesia y al
poder establecido son los principales temas de esta poesía
goliárdica.
Despreciaron y fueron
despreciados, condenaron y fueron condenados, amaron y a veces,
fueron amados; bebieron y encontraron en el vino a su musa, jugaron y
casi siempre perdieron. Los goliardos desafían por igual al sabio
y al ignorante, aman a damas y a campesinas, condenan la avaricia del
rico y del pobre, prefieren la taberna a la iglesia, aunque escriban
en latín y tengan profundos conocimientos religiosos. Desesperados,
con la alegría de vivir a flor de piel, los goliardos eran espíritus
libres.
Muchos olvidaron firmar
canciones que el pueblo hizo suyas, otros han inscrito su nombre en
la historia de la literatura igual que Poncio Pilatos aparece en el
Credo cristiano.
No está muy claro él
por qué de la denominación de Goliardos. Puede ser porque los
consideraban demonios por su forma de vida y su esencial
irrespetuosidad (Goliat); o porque se les consideraba unos comilones,
que se pasaban la vida en tabernas bebiendo y comiendo: en francés "
geule" significa esto: aficionado y buen comedor, de buenas
tragaderas. De ahí guliarts que se latiniza en goliardos. También
se cita a un imaginario Obispo Golías, que los propios goliardos
presentaban como su antepasado más remoto. Aunque tampoco es
necesario llegar tan lejos, porque siguiendo con la fama de buenos
tragones, "goliardus", en latín, significa glotón.
Los primeros textos
goliardos son del siglo XII-XIII y los más conocidos e importantes
son los " Carmina Burana" (la mayor parte del contenido es
del Siglo XII), textos encontrados en la abadía benedictina de
Beuren, Baviera, escritos la mayoría en latín, aunque algunos hay
en alemán, especialmente versos y estribillos intercalados. Algunos
incluyen una primitiva notación musical que no hemos tenido en
cuenta para el presente trabajo.
Los Carmina Buruana son
los más importantes textos goliardos, pero no los únicos. Existe un
Cancionero de Cambridge en Inglaterra; otro de Charlons-sur-Marne en
Francia, un "Carmina Rivipullensia", de un monje anónimo
de Ripoll, en Cataluña y algunos poemas del Libro del Buen Amor de
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, son de extracción goliarda.
Se conoce el nombre de
algún poeta goliardo: Gautier de Châtillon, Hugo de Orleáns del
siglo XI-XII, Pedro de Blois, el Archipoeta de Colonia, Gualtero
Mapes y, según algunos, Pedro Abelardo. Pero la mayoría de las
piezas son anónimas o atribuidas al misterioso Golias o Goliath que
da nombre a la escuela.
Los ecos de aquella
poesía me llegaron cuando, hace muchos años, escuché la Canción
de Goliardo del cantautor Pep Burgoa. Con su ayuda y con la de amigos
como Amancio Prada, el grupo Suburbano y el cantautor Paco Bello
hemos adaptado y vestido de nuevos ropajes musicales algunos de los
poemas goliardescos más representativos para que aquella Rosa del
Pecado florezca de nuevo en estos tiempos de virtud mediocre y vicios
políticamente correctos.
Que Baco nos sea
propicio en esta empresa.
José
Ignacio Cordero.